Venta de Frutos Secos: conoce el origen de tus alimentos

Como distribuidora dedicada a la venta de frutos secos y otros alimentos, nos interesa que conozcas todo el camino que recorren nuestros productos: desde el campo hasta tu negocio o a la mesa de los comensales. También queremos enseñarte el origen etimológico de los frutos secos más importantes para una alimentación saludable.

¿Sabes de dónde vienen los nombres de los más populares y sabrosos frutos secos? Muchos de ellos se remontan a miles de años atrás, cuando eran comercializados por civilizaciones lejanas y diversas culturas del mundo.

Avena

¿Sabías que la avena en tiempos pasados era considerada una “mala hierba”, que sólo servía para forrajes de animales? La palabra avena viene del latín avena. Los romanos conocían bien este cereal, aunque las variantes que tenían en la península itálica no eran aptas para el consumo humano, y la venta de frutos secos de esta clase corría muy de atrás a la de otros como la cebada y el trigo.

Los primeros cultivos de avena para alimentación se ubican en Asia Central. Incluso en Roma se servía cómo alimento humano para algunas tribus, como las provenientes de Tracia. De esa misma región llegó el legendario gladiador Espartaco, cabecilla de una de las más grandes rebeliones de los esclavos romanos.

Nuez

La palabra nuez también viene del latín (nux) y se empleaba para referir a cualquier fruto recubierto por una cáscara. Pero también designaba al fruto del nogal, un árbol que proliferaba en los montes y bosques itálicos y cuyas propiedades los romanos aprovechaban hace mucho tiempo.

De hecho, otra de las formas que tenían para nombrar a la nuez era Jovis glans, que significaba “bellota de Júpiter”. Júpiter era el rey de todos los dioses para ellos, como para que te imagines la entidad que ya le daban a este alimento.

Cacahuate

El nombre de este noble producto, que es una de las estrellas de nuestra venta de frutos secos, viene del idioma náhuatl: una de las lenguas originarias que surgieron en nuestro México y que han llegado hasta nuestros días.

Tlalcacauathl es su palabra compuesta de origen, y significa “cacao de tierra”. Esto se debe al parecido del cacahuate con la semilla del cacao y a que su fruto se desarrolla dentro de la tierra.