Por las noches, antes de dormir, nos suelen agarrar esas ganas de comer un snack para irnos a la cama con la panza llena. Pero muchos expertos indican que la última ingesta grande del día debe ser la cena, por lo menos dos horas antes de irnos a dormir. Aquí es donde nos puede salvar una buena porción de frutos secos.
Para que el cuerpo pueda enfocarse en un sueño reparador, es necesario que el sistema digestivo no esté trabajando a tope. Por ejemplo, uno de los efectos de cenar muy tarde es que la presión arterial no baja como debería.
Esto puede alterar los ritmos cardíacos y mantenernos en un estado de alerta, cuando debería ser un momento de reposo absoluto. Los nutricionistas son los primeros en señalar la importancia de la hora en que se hacen las comidas, especialmente la última y la primera.
¿Hambre después de la cena?
Lo que puedes hacer si un rato después de la cena te ataca un hambre voraz es elegir bien la comida y las cantidades. Los frutos secos integran este grupo selecto de alimentos que pueden contribuir a la relajación del organismo y estimular la hormona del sueño.
Algunos de los nutrientes que aportan son minerales, vitaminas, proteínas, carbohidratos, ácidos grasos, omega 3 y omega 6. Pero no hay que abusar de ellos ya que suelen ser muy calóricos. Una porción de 30 gramos bastará para que cumplan su función.
¡Panza llena, corazón contento!
Frutos secos que se pueden comer antes de dormir
- Almendras: además de contener fibras, ácidos grasos esenciales, las almendras proporcionan magnesio, lo que aumenta los niveles de melatonina en sangre. Esta hormona regula los ciclos de día y noche para tener un sueño más profundo.
- Nueces: una buena porción de nueces brinda al cuerpo una buena cantidad de triptófano, un aminoácido esencial que el cuerpo no produce. También aporta ácido alfa-linoleico omega 3, que incrementa la producción de serotonina y a su vez melatonina. Todo esto obviando que las nueces contienen muchas vitaminas, fibra, ácidos grasos esenciales y minerales, como otros frutos secos.
- Avellanas: las avellanas ayudan a conciliar el sueño por su alto contenido de magnesio y triptófanos. También aportan ácidos grasos omega 3, que son fundamentales para regular el ritmo cardíaco y para el buen funcionamiento cardiovascular.
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Ahora ya sabes: antes de dormir, te puedes dar un snack de frutos secos. Solo no te excedas. Lo mínimo y suficiente para sacarte el hambre será también lo mejor para tu cuerpo y para que arranques un nuevo día renovado.
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